Se trata de una plaza circular hundida que fue descubierta por un grupo de arqueólogos peruanos y alemanes en el complejo arqueológico Sechín Bajo, ubicado en la sierra de Casma (departamento de Áncash).
Las veinticinco pruebas de fechado carbónico hechas en la zona no dejan espacio a la duda. Aquella plaza circular, con diez a doce metros de diámetro encontrada en el complejo arqueológico Sechín Bajo, es hasta hoy la estructura más antigua hallada en el Perú. Tiene, aproximadamente, 5.500 años de antigüedad. Sus descubridores, arqueólogos alemanes y peruanos, no pueden estar más felices.
La historia de este hallazgo comienza en 1992 cuando la estudiante alemana de arqueología Renate Patzschke llega junto con algunos compañeros a Casma desde su lejana Universidad de Berlín. Para los demás este viaje fue la excursión clásica de fin de ciclo, pero para ella fue el inicio de su encuentro con la historia.
Ella ha trabajado de la mano con el director del proyecto arqueológico Sechín Bajo, Peter R. Fuchs durante mucho tiempo. Fuchs cuenta con particular entusiasmo que la plaza circular hundida fue construida con piedras y adobes rectangulares, los mismos que luego fueron complementados con otras estructuras.
El descubrimiento producido hace pocas semanas en el departamento de Áncash, detalló el especialista, permite demostrar que en el valle de Casma se desarrollaron las primeras sociedades con centros ceremoniales. Esto echaría por tierra otras teorías que señalan que estas civilizaciones se desenvolvieron inicialmente junto a la costa para posteriormente ocupar el interior de los valles.
"Antes del hallazgo de la plaza circular hundida se sabía que las estructuras más antiguas halladas en el Perú estaban en la playa Huaynuna, al norte de la bahía de Tortugas, también en Casma. Allí los esposos Pozorski hallaron un pequeño templo que era de fines del Arcaico precerámico (entre los 4.000 y los 3.600 años de antigüedad). Sin embargo, los hallazgos realizados en Sechín Bajo, especialmente el de la plaza circular hundida, han demostrado que hay restos de hasta 5.500 años", indicó Fuchs.
Si bien es cierto que la plaza circular hundida es actualmente lo que más llama la atención en Sechín Bajo, en ese complejo arqueológico existen otros dos conceptos arquitectónicos distintos, es decir, otros dos tipos de estructuras levantadas por generaciones posteriores.
Un primer momento constructivo, desarrollado cerca de los 3.500 a. C., es evidenciado por la plaza circular hundida. Según los estudiosos, este espacio servía para que las personas pudieran reunirse al aire libre y sociabilizar.
Con el transcurso del tiempo, en un segundo momento, que no ha sido determinado, se comenzaron a levantar edificaciones más grandes debido al crecimiento de la población. Estas se construyeron en una zona adyacente al lugar donde fue hallada la plaza circular hundida.
"Hay un tercer momento constructivo (cerca de los 1.600 a. C. ), más reciente que los anteriores, en el que encontramos una estructura que mide 180 metros de largo por 120 metros de ancho. Esta tiene en su primera fase dos grandes patios alineados y rectangulares, los cuales, en su segunda fase, se subdividen en cuatro patios seguidos con esquinas curvadas y muros que poseen nichos ", detalló Fuchs.
Gran parte de la arquitectura de Sechín Bajo es de piedra canteada traída desde los cerros más cercanos, afirma el experto, lo cual evidencia una fuerza de trabajo bastante significativa por parte de quienes la construyeron. A decir de Fuchs, para esa labor se debió contar con diversos implementos y herramientas a fin de darle a las paredes esa consistencia sólida.
"Quienes edificaron Sechín Bajo tuvieron un alto conocimiento arquitectónico y constructivo. Esto se ve claramente en el manejo que se ha dado a los materiales para que los edificios sean resistentes", agregó.
A los investigadores también les sorprendió el manejo de los enlucidos (trabajo de tarrajeo), así como el hallazgo de un tipo de adobes de forma rectangular en los que se ven las huellas de las manos de sus constructores. Estos son de unos 10 centímetros de alto por 15 centímetros de ancho y están relacionados con el primer edificio construido en Sechín Bajo.
Los arqueólogos aún no habían salido del asombro que les provocó el hallazgo de la plaza circular hundida cuando en el primer patio del tercer edificio del complejo arqueológico (perteneciente al tercer momento) fue encontrado un friso que, en alto relieve, mostraba la figura del degollador, personaje mítico muy ligado a la historia antigua del Perú. Este tendría una antigüedad de 3.600 años.
Para el arqueólogo Jesús Briceño Rosario, asesor científico del proyecto, la imagen del degollador representa un descubrimiento inusual. "La arqueología peruana se encuentra, por primera vez, frente a la representación de un personaje que permanecería vigente unos 3.000 años hasta el final de la cultura moche, que es cuando desaparece como imagen representada, pero es casi seguro que se mantuvo dentro del pensamiento del poblador andino por mucho tiempo más", señaló Briceño.
Para Fuchs, el degollador reúne los elementos básicos del pensamiento religioso andino, que son el felino y la serpiente. "Este relieve nos ha sorprendido mucho porque se trata de un personaje con dientes felinos, que luego sería muy recurrente en la iconografía Chavín. En la mano derecha tiene un cuchillo ceremonial y en la izquierda una serpiente".
Con información enviada por Francisco Vallejos.Fuente El Comercio
SIGNIFICADO
Friso. (De origen inca). m. Faja más o menos ancha que suele pintarse en la parte inferior de las paredes, de diverso color que estas. También puede ser de seda, estera de junco, papel pintado, azulejos, mármol, etc. 2. Arq. Parte del cornisamento que media entre el arquitrabe y la cornisa, donde suelen ponerse follajes y otros adornos. 3. Ven. En albañilería, capa de mezcla con cemento que se da a una pared o muro como acabado.
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