Los habitantes de Puente Quetame y Quetame, a unos 40 kilómetros de la capital, aún se resisten a permanecer en sus casas: temen que la tierra vuelva a temblar con tanta violencia como lo hizo el sábado: vieron cómo se desplomaban 70 casas y una de las iglesias quedó tan destrozada que debe ser demolida. Por eso, prefieren dormir en el parque. Hasta ayer por la tarde, ya se habían producido más de cien réplicas del sismo.
Por ahora, los damnificados pasan de 1.000 y los heridos, de 30. Éstos últimos tuvieron que ser evacuados en helicópteros, ya que la carretera de Villavicencio, encajonada entre paredes de roca cortadas verticalmente en varios tramos, quedó interrumpida; los fuertes aguaceros hicieron aún más difícil esta labor de rescate y primeros auxilios. Esta carretera, de 86 kilómetros, permanecía parcialmente cerrada ayer.
El temblor fue tan fuerte que en Bogotá llegó a generar pánico; hubo tres heridos, fisuras en varias edificaciones y caos en las telecomunicaciones.
Colombia vive bajo la amenaza de movimientos telúricos originados en los deslizamientos de tres placas tectónicas: la placa sudamericana, la de Nazca y la del Caribe. "Las fallas geológicas de Latinoamérica se mantienen en movimiento, haciendo posible en cualquier momento un temblor", según Martha Calvache, subdirectora de Amenaza Geológica de Ingeominas. Fuente El País
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