viernes, 4 de abril de 2008

Día internacional de información sobre el peligro de las minas

Cada día miles de personas viven limitadas por la posibilidad de pisar una mina y morir o quedar malheridas. Muchas de ellas ni siquiera habían nacido cuando finalizaron los conflictos que pusieron esas minas allí. Sus actividades diarias: trabajar, ir a la escuela, jugar, pasear, cultivar o pastorear se ven restringidas porque no pueden pisar sus propios campos. Pierden su libertad por no perder la vida. Cada 4 de abril gente de todo el mundo se une a ellos para apoyarles y para recordar a los gobiernos del mundo que hay que poner fin al peligro de las minas antipersonas. El 8 de diciembre de 2005, a través de su resolución 60/97 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas. El objetivo de este día es lograr llamar la atención y sensibilizar a la población mundial sobre esta grave cuestión. Las minas terrestres y los remanentes de explosivos de guerra continúan matando o hiriendo a más de 15.000 personas al año. La abrumadora mayoría de ellas son civiles que accidentalmente activan estos dispositivos pasados años, e incluso décadas, desde el fin del conflicto que dio lugar a su colocación. En algunos países, como Afganistán, la mayoría de las víctimas son menores de 18 años.

Las minas terrestres tienen una larga historia, llegando a remontarse a los imperios griego y romano. Sin embargo, es durante la II Guerra Mundial (1940-1945) cuando las minas antipersonal y antitanque se emplearon extensivamente con fines tácticos y para lograr objetivos militares. Las tropas solían colocar las minas a mano, tras haber hecho un mapa con la localización exacta de los campos de minas para su posterior desactivación. Pero aún así muchas de las minas no fueron desactivadas tras la guerra. En muchos países europeos aún existe algo de peligro a causa de las minas enterradas durante la II Guerra Mundial.

Los avances tecnológicos de la década de 1960 hicieron posible esparcir minas mecánicamente, en lugar de enterrarlas a mano. Esto supuso que cientos de minas pudieran ser colocadas al mismo tiempo, usando aviones, cohetes o artillería. Mientras que una tropa de 30 soldados podía colocar aproximadamente 50 minas por hora, un sistema de distribución remota podría esparcir más de 200 minas de una vez. Durante la Guerra de Vietnam (1959-1975), grandes áreas de Vietnam, Laos y Camboya quedaron plagadas de minas utilizando estos sistemas mecánicos de distribución.

El trabajo de la campaña internacional, a la que se han unido más de 1400 organizaciones no gubernamentales y que cuenta con el apoyo de las Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y de gobiernos de todo el mundo, intenta que la historia de las minas sea corta. Actualmente más de dos tercios de los países del mundo son parte de la Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su Destrucción.

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