martes, 31 de marzo de 2015

El multilingüismo peruano


 I. Concepto: Es la coexistencia de varias lenguas en un mismo territorio.

II. Contexto
Somos un país con diversas nacionalidades, culturas y lenguas, sin embargo, la gran mayoría ignora esta situación e incluso desprecia a quienes no hablan castellano o aquellos que según sus criterios lo “hablan mal” .Es común referirse a las lenguas peruanas -sobre todo las amazónicas- como “dialectos”, incluso son tildadas de “no idiomas”. La verdad es otra.
Primero debemos entender que el castellano adoptó características propias por su convivencia con el quechua y el aimara lo que produjo un gran intercambio de vocablos hasta nuestros días. Incluso algunas lenguas extintas aportaron al léxico castellano palabras como: Motupe, Túcume, Ferreñafe, etc., son palabras de la lengua mochica que se habló hasta el siglo XV.
Pero debido a factores sociales, políticos y económicos, la castellanización se ha impuesto desde la conquista hacia adelante. Toda bibliografía científica y literaria, los diarios y revistas están escritos en castellano, aún en poblaciones nativas. Esto está llevando a la extinción de un valioso patrimonio. Así como cuidamos las construcciones preíncas e incas, promovemos sitios como el Cusco o el Callejón de Huaylas, también es necesario preservar nuestras lenguas autóctonas. ¿Qué estamos haciendo por las otras lenguas en el Perú?
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La educación debe responder a la diversidad en todas sus manifestaciones: cultural, lingüística, social, económica y ecológica de nuestro país.

Según la Constitución Política del Perú de 1994, en el artículo 48: “son lenguas idiomas oficiales el castellano y, en las zonas donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes, según ley”.

La mayor complejidad lingüística se presenta en la selva, en la que se hablan dieciséis familias lingüísticas, le sigue la sierra, en la que existen dos familias lingüísticas. En cambio, en la costa se han extinguido lenguas como el mochica, la olmos, la sechura, la tallana, la quingnam y la culli que se hablaban antes de la llegada de los españoles y que hoy constituye una zona castellanizada.

Desde el punto de vista lingüístico, el Perú es una nación multilingüe y pluricultural, puesto que junto al castellano coexisten otras lenguas que poseen culturas distintas. Asimismo, nuestra población posee hablantes monolingües (castellano, quechua, asháninka) y bilingües (quechua-castellano, machiguenga-castellano).

Las lenguas han sido agrupadas, según criterios lingüísticos, antropológicos e históricos, en dos grandes grupos: amerindias y no amerindias.

  • LENGUAS AMERINDIAS. Se denomina, también, vernáculas, nativas, aborígenes, oprimidas. Tienen presencia en el territorio nacional desde antes de la llegada de las lenguas no amerindias en el siglo XVI. Se distinguen en lenguas amazónicas y andinas. El territorio de estas pertenecen a una o a más de una nación.

  • LENGUAS NO AMERINDIAS. Es el grupo de lenguas que ingresaron al territorio peruano desde el siglo XVI hasta nuestros días. Figuran el castellano, el japonés, el chino, etc.

VARIEDADES  LINGÜÍSTICAS:

El quechua: es la lengua indígena que tiene mayor número de hablantes. Ha­blada principalmente en la zona de los Andes y que según Alfredo Torero pre­senta 37 variedades de las cuales 31 de estas hablas son de uso actual en nues­tro país. Hay que precisar también que por las constantes migraciones, Lima alberga actualmente a un gran número de quechua-hablantes.
 El aimara: es la segunda lengua nativa en importancia y número de hablantes en nuestro país. Está presente sobre todo en la zona del altiplano del sur pe­ruano (Puno, Tacna, Moquegua y Are­quipa). Esta lengua integra la familia lingüística denominada jaqi y a la cual también pertenecen el jaqaru (hablada en el pueblo de Tupe, provincia de Yauyos, departamento de Lima) y el kauki (lengua en vías de extinción que se habla en el pueblo de Cachuy, cerca de Tupe, provincia de Yauyos).
Las lenguas de la selva: constituyen también un complejo panorama lingüís­tico y se cree que en esta zona se ha­blan alrededor de 43 lenguas pertenecientes a 16 familias lingüísticas: Arabela, Arahuaca, Bora, Cahuapana, Candoshi-Shapra, Harakmbut, Huitoto, Jíba­ro, Paño, Peba-Yagua, Simaco, Tacana, Ticuna, Tucano, Tupí-Guaraní y Záparo.
El español: sin duda alguna es la len­gua que tiene mayor número de hablan­tes.
El panorama lingüístico peruano, pues, tiene varios perfiles. Por un lado, en la zona de los Andes, nos encontramos con grupos monolingües de lenguas indígenas y con grupos monolingües del castellano. 
Tam­bién es posible encontrarse con zonas bi­lingües en donde conviven lenguas indíge­nas y el castellano.

Fuente: Blog http://carlospuertasaguilar.blogspot.com/

VIDEO: LOS CASTELLANOS DEL PERÚ. Pontificia Universidad Católica del Perú






lunes, 30 de marzo de 2015

Historia del castellano



     LOS ORÍGENES DEL CASTELLANO  

   Antes de nuestra era, coexistían, donde se ubican España y Portugal, hoy en día, numerosos pueblos primitivos repartidos en diversas partes del territorio que hablaban varias lenguas, tales como el tartesio, el ibérico, el vasco, el celtibérico y el lusitano. Hoy solo existe el vasco, que es hablado en la zona norte de España y el sur de Francia.


 SUSTRATOS
 ESTRATO
 SUPERESTRATOS













                               

LA APARICIÓN DEL LATÍN EN EUROPA. En el siglo III a. C., los romanos colonizaron la Península Ibérica y otros territorios de Europa Occidental. Así se inició lo que se convertiría en el siglo I en el poderoso Imperio romano de Occidente. La invasión romana, que duró hasta el siglo V de nuestra era, trajo consigo la imposición, en todos los territorios conquistados, de la lengua de los romanos: el latín.

Pero la asimilación de latín no fue igual en todos los territorios porque la diversidad de lenguas aborígenes trajo como consecuencia que el latín, que se hablaba en cada una de las regiones conquistadas, fuera perdiendo su pureza original al mezclarse poco a poco con los antiguos idiomas nativos.

Igual que el latín asimiló palabras de los idiomas nativos de la península ibérica, también adoptó palabras griegas (helenismos), pues los romanos habían conquistado Grecia antes de invadir los territorios occidentales. La civilización griega tenía una actividad cultural y artística inmensamente superior a la de los romanos. Debido a esto, los helenismos incorporados al latín estaban vinculados principalmente a la actividad intelectual, literaria y artística (idea, fantasía, filosofía, música, matemática, tragedia, comedia, escena, ritmo, etc.), la enseñanza (escuela, pedagogo), a las costumbres y vivienda (bodega, baño, cámara, etc.) y los utensilios y al instrumental (ánfora, ampolla, cuerda, etc.).

 FRAGMENTACIÓN DEL LATÍN EN EUROPA. En las colonias romanas se hablaba latín, pero no era el latín culto de los grandes escritores, sino un latín vulgar, el de los comerciantes y soldados. Este latín, que tenía sus propias características, se mezcló con las distintas lenguas nativas y, con el correr de los siglos, dio lugar a las lenguas románicas o romances, llamadas así porque su origen está vinculado a Roma. Las lenguas romances son el italiano, el francés, el castellano, el portugués, el catalán y el rumano.

En el siglo V d. C., algunos pueblos bárbaros invadieron Europa y otros, que ya habitaban en regiones europeas, se expandieron, provocando la caída del Imperio romano de Occidente. Así empezó una nueva época: la Edad Media.

Con la ocupación bárbara, se perdió la unidad política y cultural que había sostenido el Imperio de Occidente. Las antiguas provincias romanas se aislaron y el latín que se hablaba en cada una de ellas empezó a diferenciarse cada vez más, más aún cuando la lengua nativa de cada lugar ejercía su particular influencia.

 EL ROMANCE HISPÁNICO. Durante la invasión de los bárbaros, la Península Ibérica fue ocupada por los visigodos, uno de los pueblos bárbaros más civilizados, que fundaron su capital en la ciudad de Toledo, en el centro de España.

A diferencia de lo que ocurrió con la invasión romana, los visigodos no impusieron su lengua, sino que adoptaron poco a poco las costumbres y la cultura hispano romana. Sin embargo, el germánico, la lengua que hablaban los visigodos, ha dejado algunos restos en nuestro vocabulario, sobre todo en términos guerreros como espía, yelmo, feudo, espuela, heraldo...

Durante la época visigoda, el latín de la Península Ibérica empezó a diferenciarse del que se hablaba en otras zonas, como en Francia o en Italia. Así fue naciendo el romance hispánico. Pero en ese tiempo, era aún una lengua sumamente inestable, en pleno proceso de formación y todavía muy semejante al latín vulgar.

 LA DOMINACIÓN ÁRABE: NACE EL CASTELLANO. En el siglo VIII, un pueblo nuevo y distinto, esta vez venido del África, invadió la Península Ibérica: los árabes. Penetraron por el sur y, en un periodo muy breve, llegaron a conquistar casi toda la península, salvo las regiones norteñas a las que nunca pudieron dominar totalmente.

Con la dominación musulmana, la península quedó dividida en dos partes opuestas por distintas culturas, religiones y lenguas: la cristiana en el norte y la árabe en el sur.

A raíz de la nueva división política, el romance hispánico, que era bastante parecido en toda la península, se dividió. Entre los siglos VIII y IX los pobladores empezaron a hablar de distinta manera. Así. fueron surgiendo los dialectos en el norte: el castellano, el gallego-portugués, el navarro-aragonés y el catalán. Por su parte, los sureños, de mayor influencia musulmana, adoptaron en su lengua elementos del árabe y surgió un nuevo dialecto: el mozárabe.

Los dialectos del norte tuvieron destinos diferentes. Algunos se transformaron y otros desaparecieron al ser absorbidos por el dialecto más poderoso: el castellano.

Entre las transformaciones que sufrió el latín vulgar hasta convertirse en castellano tenemos, por ejemplo:
-    El grupo consonántico ct se convirtió en ch:  nocte à noche
-    Los grupos consonánticos cl, n, pl se transformaron en ll: clave à llave, flama à llama y pluvia

EL LEGADO ÁRABE EN NUESTRA LENGUA.

acequia           alcachofa                 alfalfa                   albañil
jarra                taza                          azufre                   alfombra
tarifa               arroba                      bazar                     tambor
alguacil           álgebra                     alquimia                alambique
zanahoria        almohada                 alférez                   alcalde. . .


 EL CASTELLANO: LOS PRIMEROS TIEMPOS. El castellano se destacó desde un principio por su gran vitalidad y originalidad respecto de las otras hablas peninsulares. Mientras que los demás dialectos evolucionaban de una manera similar, el castellano presentaba rasgos particulares y propios. En los siguientes ejemplos, el castellano se comporta de manera diferente que las demás hablas regionales.


LATÍN
GALLEGO
ASTUR-LEONÉS
ARAGONÉS
CATALÁN
CASTELLANO
farina
fariña
farina
farina
farina
Harina
filiu
fillo
fiyo
fillo
fill
Hijo

Durante largo tiempo, el castellano fue una lengua insegura e inestable. Se caracterizaba por su extrema inestabilidad fónica, gramatical, léxica y gráfica. Muchas veces se dudaba entre dos o más formas, hasta que una de ellas se imponía sobre las demás.

Un mismo concepto podía tener diferentes palabras:
señor / señore
omne / home / hombre
dizir / dezir
cabdiello / caudillo