lunes, 8 de agosto de 2011

Fin de vacaciones de medio año...

Hoy comenzaron las clases en los centros de estudio. Es decir, se acabaron las vacaciones para mi labor docente.
Han sido doce días de reintegración familiar, de compartir un almuerzo junto a mis padres y hermanos (qué grato es poder decirle: "Vamos a comer fuera, descansa del diario quehacer, mamá"; de comer pizza (personalmente, no me podría acabar una familiar solo), de poder lavar ropa postergada, de poder ver una película en compañía de la familia (con canchita y harto calor de hogar), de poder asistir a eventos sociales como la Feria Internacional del Libro junto a toda la familia, de poder colaborar en lavar la vajilla. También de poder leer todo el periódico del sábado sin que te falte tiempo, de ocuparse de tareas pospuestas, de acompañar a mi madre a los supermercados, de poder ayudar a mi padre en las instalaciones eléctricas (aunque sin tener la noción de cómo son las conexiones y con el temor de morir), de poder conocer la programación de los canales nacionales y de enterarme que aún se mantienen al aire algunos como el 11 y el 13...En fin, de muchas actividades que el trabajo y los estudios se encargan de alejarlas eficientemente. Finalmente, no me puedo quejar; he disfrutado mis vacaciones. Familia, a todos, muchas gracias por haberme  engreído tanto. Aunque haya partido a trabajar, saben que pronto los visitaré. Debo mantener al tiempo como amigo, aunque es sorprendente para mí que ya estemos en el octavo mes del año. Sin duda, debemos aprovechar el tiempo al máximo.
Chao vacaciones, fue un placer. Me voy con el tiempo, a quien le pido que siempre me acompañe y tú, trabajo, bienvenido seas. ¡Hey!, vacaciones, tiempo y trabajo, no se peleen por favor.
Mis padres y hermanos en la Feria Internacional del Libro. La pasamos muy bien.


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