viernes, 7 de diciembre de 2007

Significados históricos

Parásito

En la actualidad, parásito es todo organismo vivo que se alimenta de otro sin contribuir a la supervivencia de éste. En la antigua Grecia, los parásitos eran los altos funcionarios encargados de verificar la cosecha de trigo y la preparación del pan, así como los banquetes en homenaje a los dioses. Más tarde se extendió a toda clase de huésped y a los invitados a fiestas o banquetes, por su sentido etimológico de ‘comensal’.

En efecto, la palabra griega estaba compuesta por el prefijo para- (al lado de) y sitos (trigo, pan, comida).
Piano

Este instrumento fue inventado en 1698 por el fabricante florentino de clavecines Bartolomeo Cristofori, cuyo primer modelo quedó listo en 1709 y se llamó gravicembalo col piano e forte (clavecín con suave y fuerte), aunque fue más conocido inicialmente como pianoforte, que más tarde se abrevió a piano, y así llegó a nuestra lengua. En la actualidad se conocen dos pianos fabricados por Cristofori: uno de ellos, de 1720, está en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York; el otro, fechado en 1726, está en el museo de la Universidad Karl Marx, de Leipzig. Cristofori llevó adelante su proyecto del piano al constatar que el clavecín no permitía hacer que los tonos fueran más suaves —en italiano, piano— o más fuertes o recios.

Esponsorizar

No se puede recomendar el uso de esta palabra de origen inglés, sobre todo cuando en español contamos con la muy castiza patrocinar, pero ya que los académicos de la lengua han decidido incluirla en el diccionario, vayamos a buscar su historia. En realidad, el uso en castellano del verbo esponsorizar o del sustantivo espónsor (éste no incluido en el diccionario, pero muy empleado) es consecuencia de traducciones tan infames como perezosas del verbo inglés to sponsor (patrocinar), y del sustantivo sponsor (patrocinador). Ninguna de estas palabras inglesas tiene origen anglosajón, sino que ambas llegaron a esa lengua a partir del latín spondere (prometer, asegurar, garantizar), que ya está en nuestra lengua en vocablos como esponsales y esposa.
Esposa

Cuando un comerciante de la antigua Grecia hacía un acuerdo con algún proveedor, sellaba el contrato vertiendo unas gotas de vino en el altar de alguno de sus dioses. La palabra griega para ese gesto era spendo (derramar una bebida), pero debido al hábito impuesto por los comerciantes, spendo fue adquiriendo poco a poco el sentido adicional de ‘hacer un acuerdo’ o ‘firmar un contrato’. A partir de spendo se formó en latín el vocablo sponsus, usado para nombrar a la persona que asume algún compromiso, así como hoy el que se compromete a patrocinar alguna iniciativa es designado frecuentemente con la palabra tomada del inglés espónsor (tal vez más que con la española ‘patrocinador’). Y si un hombre que se compromete a casarse con alguien es un sponsus, la mujer que hace lo mismo es una sponsa, palabra que llegó a nuestra lengua como esposa. El nombre de esposa dado a las manillas con que se aprisionan las muñecas de alguien es una metáfora que data de la Edad Media, por la cual se vinculan las ideas de matrimonio y de falta de libertad.

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